Sesión 2. 

Actividad 2. Ser estudiante en ambientes virtuales de aprendizaje.

Reflexión de texto

      La idea principal del texto "Ser estudiante en ambientes virtuales de aprendizaje" es que ser un estudiante en línea no es ni fácil ni difícil, sino que es una experiencia completamente distinta a lo que hemos experimentado en el sistema tradicional, y conlleva una serie de ventajas y retos.

Para empezar, los entornos virtuales no toleran la mediocridad, la apatía ni mucho menos el famoso “panzazo”. Al estudiante en línea se le exige un nivel de compromiso, responsabilidad y dedicación mucho más serio. ¿Por qué? Porque ahora es él quien está a cargo de su propio aprendizaje. Él decide en qué tiempos realiza las actividades y a qué profundidad lleva su estudio. Si se queda atrás, se quedó. Por supuesto, los docentes necesitan marcar los ritmos y trabajar como guías en todo el proceso. Pero, dicho de otra manera, ya no son como los “segundos papás” de los estudiantes.

Convertirse en un estudiante autónomo, motivado, organizado y experto en la gestión de su aprendizaje es para mí, pues, un logro admirable. Es un peldaño más en la conquista de uno mismo. Para lograrlo es muy importante desarrollar la metacognición y la inteligencia emocional. La primera se refiere a la conciencia sobre las propias destrezas y habilidades para el aprendizaje, con el fin de evaluarnos constantemente e ir incorporando cambios que nos permitan mejorar. La segunda, se refiere a nuestra capacidad para manejar las emociones con el fin de mantenernos saludables, motivados, resistentes la frustración y con la sensibilidad y empatía necesarias para tratar a los compañeros y evitar conflictos. Quiero resaltar este último punto, porque cabe recordar que en este ambiente convivimos personas de todos lados y trasfondos, por lo que es necesario cuidar las habilidades interpersonales y de comunicación. Si la colaboración es ley, ¡la cordialidad es orden!

Desde el punto de vista histórico, llamó mi atención que la educación a distancia no nació en conjunto con las tecnologías electrónicas de la información y comunicación, sino que existía desde mucho tiempo atrás. Era la educación por correspondencia, la cual seguro era muy tardada y más complicada. Con toda la tecnología disponible en la actualidad, resulta difícil imaginar cómo pudieron haber sorteado tantas dificultades en aquellos tiempos. No obstante, queda de manifiesto que el deseo de superación, de conocimiento y la curiosidad no tienen época. Así también quisiera hacer notar que el gran auge actual de la educación abierta y a distancia en línea se remonta hasta hace apenas dos décadas. Hoy en día podemos acceder a cursos masivos en línea con centenares de miles de estudiantes alrededor del mundo. Tenemos acceso a una inimaginable vastedad de conocimiento, desde pequeños cursos hasta carreras completas. ¡Es increíble! Y aún más al pensar que el avance tecnológico no se detiene y que el futuro, sin dudarlo, guarda un sinfín de sorpresas. Es claro que, conforme cambie el concepto de escuela, también lo hará el de estudiante.

En este sentido, la educación en entornos virtuales nos acerca al conocimiento como nunca antes. No solo las barreras de tiempo y espacio se vienen abajo entre docentes y alumnos, sino que tenemos al alcance todo el conocimiento generado por la humanidad y disponible en la red. Es un tesoro increíble, cuyas riquezas se pueden gozar solo si empleamos el pensamiento crítico para discernir la información verídica y, como dice el texto, navegar en la red, no naufragar. Es un punto muy relevante en la actualidad, dada la proliferación de información falsa en todos los ámbitos.

 Por último, el texto nos invita, como futuros estudiantes, a apropiarnos del conocimiento. Aprender no es memorizar, es crear, deshacer y reconstruir. Es pensar lo que nadie ha pensado sobre lo que todo mundo ve, parafraseando las palabras del bioquímico húngaro y ganador del Premio Nobel, Albert Szent-Györgyi (1893 - 1986), a quien admiro mucho. En esta sección quiero hacer la conexión entre esta propuesta y el tener metas y objetivos propios de aprendizaje. Yo, con mi formación en ciencias naturales, tengo mucho, pero mucho, que preguntarle a las Matemáticas. Por lo tanto, me dispongo a apropiarme del conocimiento construyendo los puentes necesarios entre ambas ciencias, para enriquecerme en ambas y fluir.

En conclusión, ser estudiante en entornos virtuales de aprendizaje implica cambiar nuestro concepto sobre estudiar y aprender en general. Para triunfar, necesitamos abandonar los roles pasivos caducos, ensuciarnos las manos y actuar con propósito, sin empujoncitos de nadie. Como los profesionistas que aspiramos a ser, no nos conformaremos con lo que suceda en el aula, sino que saldremos, trabajaremos y haremos nuestro el saber.   

Anexo: Texto base subrayado: "Ser estudiante en ambientes virtuales de aprendizaje" 



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